cita

"Buscará, una vez más, lo imposible. Nada le conviene tanto como desplazarse de nuevo hacia lo extranjero, porque sólo así podrá ir acercándose al centro del mundo que busca. Un centro sentimental, en la línea del viajero de un libro de Laurence Sterne. Necesita ser un viajero sentimental, ir a países de habla inglesa, donde pueda recuperar la extrañeza ante las cosas. Necesita ir a un lugar en el que pueda recuperar el sentimiento vehemente de la euforia. Necesita dar el salto inglés".
Enrique Vila-Matas. Dublinesca.

miércoles, 14 de julio de 2010

Librería Titles

"Que yo sepa, ustedes sólo aceptan género polvoriento, quiero decir ennoblecido por el lento y majestuoso polvo de los tiempos".
Javier Marías,
Negra espalda del tiempo.

Oxford, tanto o más que Londres, es una ciudad repleta de librerías de viejo. Cada vez que muere un profesor, según se dice, su biblioteca personal es adquirida por una de estas librerías, a menos que algún familiar o amigo se apiade de los libros del difunto a la par que de su alma. Las librerías de lance oxonienses funcionan por tanto como cementerio de elefantes, y sus clientes bibliófilos como buscadores del marfil semiescondido entre las estanterías.

Será de obligado cumplimiento recorrer alguna de ellas. A priori, puestos a escoger, la más adecuada para rendir visita tal vez sea la librería Titles, en Turl St., regentada por Gillian y Ralph Stone. Un matrimonio de veteranos libreros que sirvió de referencia a Javier Marías para sendos personajes de Todas las almas, Mr. & Mrs. Alabaster, también libreros, por supuesto. Marías vertió ciertos rasgos de los Stone en su pareja de ficción, e inventó el resto, como es natural. Pero los dueños de Titles, avisados de su inesperado y ficticio protagonismo, terminaron por asumir que ellos eran tales personajes. De manera que, en una ulterior visita de Javier Marías a su establecimiento, según narra graciosamente en Negra espalda del tiempo, los libreros se ofrecieron a interpretar a los Alabaster en la prevista versión cinematográfica de Todas las almas (la cual por cierto, sin libreros de por medio, lleva el título de El último viaje de Robert Rylands e inspira profunda aversión al novelista).

Decía antes "a priori" porque, curiosamente, no he conseguido encontrar en la red ningún dato sobre la librería Titles, lo cual me hace pensar que, o bien ha desaparecido ya (sus polvorientos libros trasladados a otro cementerio oxoniense), o bien Gillian y Ralph Stone han acabado por asumir sus papeles con rigor británico y se han convertido, a todos los efectos, en auténtica ficción. Investigaremos.

3 comentarios:

  1. Yo a los libreros de mi novela los hubiera llamado Mr y Mrs Wardrobe. Pero sólo en el caso de que fueran corpulentos.
    Ahora en serio...tan mala es la peli esa?

    ResponderEliminar
  2. Inmejorable invitación a la diletancia por las calles de Oxford, querido Agustín (sólo me ha faltado decir algo así como "elemental, querido Nigel" ;P). Me apunto a dicha investigación literaria, primeramente haciendo trabajo de campo (uséase, pateando las polvorientas calles oxonienses), luego, si tal búsqueda resulta a la postre infructuosa, indagando en el único terreno al que la librería errante (the wanderer bookshop!!) puede haberse mudado: a la hoja en blanco... Quizá uniendo nuestras plumas (ejem II: la venganza) podamos hallar a tan esquivos libreros, asomando en las primeras líneas de un relato aún por escribir...
    Escribámoslo.

    P.D.: Hay que vé, este entorno oxoniense predispone (aun en la distancia, ya escasa en días) a escribir con almidonamiento, amaneramiento y altas dosis de rezumante caramelo...

    ResponderEliminar
  3. ¿"Género polvoriento"? ¿Incorporaremos Oxford a la lista de urbes susceptibles de ambientar una historia de fantástico polvoriento? A primera vista le falta el punto "dirt", pero ¿qué variedad de anomalías, abominaciones y chunguismos varios pueden poblar esas calles impolutas con olor a tiempo?...

    ResponderEliminar